TABLA DE CONTENIDO
El vatio se utiliza normalmente para medir el consumo de energía de un dispositivo de iluminación, lo que representa la cantidad de energía eléctrica consumida por unidad de tiempo. Mientras tanto, el lumen se utiliza para medir el brillo o flujo luminoso de una fuente de luz, indicando la cantidad total de luz emitida. Generalmente, una mayor potencia no significa necesariamente un mayor brillo, ya que el brillo depende del número de lúmenes.
En pocas palabras, el vatio representa la energía eléctrica consumida por una lámpara y se usa comúnmente para medir su potencia. En el pasado, al comprar lámparas, el brillo se medía a menudo en función de la potencia de la bombilla. Por ejemplo, se necesitaba una bombilla incandescente de 100 vatios para iluminar una sala de estar. En consecuencia, la potencia se convirtió en el estándar para medir el brillo de las lámparas. Sin embargo, el principio de funcionamiento de las bombillas incandescentes daba como resultado una baja eficiencia energética, ya que la mayor parte de la energía eléctrica se convertía en calor en lugar de luz.
Con los avances tecnológicos, la iluminación LED (Diodo Emisor de Luz), que es más eficiente y ahorra energía, ha ido reemplazando gradualmente a las bombillas tradicionales. A diferencia de las luminarias tradicionales, los dispositivos de iluminación LED a menudo utilizan menos energía eléctrica para producir el mismo brillo de luz porque funcionan de manera diferente, convirtiendo la mayor parte de la energía eléctrica en luz en lugar de calor. Por lo tanto, "lumen" se ha convertido en el nuevo estándar para medir el brillo de las luminarias, reemplazando gradualmente la práctica convencional de utilizar la potencia en vatios como punto de referencia.
Diferentes tipos de lámparas producen diferentes lúmenes con la misma potencia